La ventaja de hacer mini cupcakes en vez de cupcakes grandes es que de un bocado puedes disfrutar de todo lo bueno de cada sabor. De la naranja, del chocolate, del bizcocho… Probad la versión pequeña y me contáis.

Dejad por un momento la mezcla de chocolate negro y nueces, la típica, y vamos a probar con chocolate con leche y avellanas. Cerrad los ojos, dadle un minuto y después estaréis tan convencidos como yo.

Pequeños pastelitos esponjosos y con sorpresa. En el centro un rico chocolate derretido que se impregna en los labios. Sencillo, simple y tremendamente efectivo.

Probablemente la tarta que más veces he hecho. Siempre gusta, fresquita, cremosa, llena de chocolate y aparente. Tiene todas las cartas para ganar.

Una mezcla increíble, dulce, ácido, blanco, rojo… y tan jugosas que parece mentira que sean unas magdalenas. Dignas de la mejor cena.

Las cookies siempre son apetecibles para una merienda, con un café o un refresco. Y ¿por qué no darse un capricho? Aquí tenéis para los que no podéis tomar azúcar o los que podéis y no queréis. Para todos los gustos.

La glasa real permite que con unos cuantos colorantes el único límite es tu propia imaginación. Y lo mejor de todo es que además están buenísimas, de chocolate y de vainilla.

Lo blanco del chocolate permite decorar estas trufas fresquitas de todos los colores creando una bandeja muy aparente y apetitosa.

La mezcla entre lo muy dulce del chocolate blanco y lo ácido de las fresas siempre es un acierto. Y si además lo decoras con colores y todo lo que se te ocurra has conseguido la pura diversión.

¿Tenéis claras de otra receta que no sabéis que hacer con ellas? Esta es una buena receta de aprovechamiento y además están riquísimos con virutas de chocolate.

Es un panecillo típico inglés al que yo decidí dar un toque dulce añadiendo unas pepitas de chocolate. Pero se puede hacer sin ellas relleno de mermelada, por ejemplo…

Un clásico de las tartas, de origen austriaco. Dos planchas de bizcocho de chocolate rellenas de mermelada de albaricoque o de fresa y recubiertas por chocolate. Para darle un toque distinto decorada con lacasitos. ¿Qué más se puede pedir para un muy chocolatero?

Las cookies inglesas son un enorme disfrute también lleno de posibilidades. El chocolate relleno de naranja es una combinación perfecta. Y si juntas las dos cosas ¿qué más se puede pedir?

Un delicioso clásico inglés que surgió de un descuido cuando al hacer un bizcocho alguien olvidó la levadura. Y el resultado fue esta maravilla con nueces y perfecta acompañada de un helado de nata o de vainilla.

Algo tan sencillo, tan clásico y tan agradable que en cuanto pruebes una ya no podrás dejar de picar. Decoradas con chocolate dan un sin fin de posibilidades decorativas. Para los más chocolateros se pueden bañar enteras, para los menos sólo unas gotas… Con nueces, con confeti de colores… la imaginación es la que manda.